Blanqueamiento Dental

La sensibilidad dental es uno de los efectos secundarios más comunes que se pueden experimentar durante el tratamiento de blanqueamiento dental. La gravedad de la sensibilidad puede variar de paciente a paciente y puede afectar más o menos al tratamiento.

Si se presenta sensibilidad dental, el dentista puede recomendar pastas dentales especiales para dientes sensibles y, si la sensibilidad es extrema, suspender temporalmente el tratamiento de blanqueamiento dental. La mayoría de las molestias deben desaparecer dentro de las 24 a 48 horas después de suspender el tratamiento.

Algunas personas creen que el blanqueamiento dental daña el esmalte dental, pero según estudios, el tratamiento no daña la integridad ni la fragilidad de los dientes. Sin embargo, existen algunas contraindicaciones para realizar el blanqueamiento dental, como el embarazo y la lactancia, así como la presencia de caries no tratadas o la pérdida grave o fisuras en el esmalte dental.

Antes del blanqueamiento dental, es recomendable una limpieza dental para eliminar cualquier acumulación de placa o sarro en los dientes y asegurar que el tratamiento de blanqueamiento sea efectivo. Además, se debe evitar consumir alimentos y bebidas con alto contenido de colorantes, como el café, el té, el vino tinto y los refrescos de cola, al menos durante las primeras 24 horas después del tratamiento.

Después del blanqueamiento dental, se deben seguir las recomendaciones del dentista para cuidar los dientes y prolongar los resultados. Es importante evitar consumir alimentos y bebidas con alto contenido de colorantes durante los primeros días después del tratamiento. También se debe cepillar los dientes regularmente con una pasta de dientes suave y usar hilo dental diariamente para prevenir la acumulación de placa.

Además, se recomienda evitar fumar y limitar el consumo de alimentos y bebidas ácidas para prevenir el desgaste del esmalte dental y mantener los dientes blancos y saludables. Si se presenta sensibilidad dental después del tratamiento, se puede usar una pasta dental especial para dientes sensibles (agente blanqueador) o aplicar geles de fluoruro para aliviar las molestias.

Si tienes dientes sensibles, es importante que consultes con un odontólogo antes de someterte a un tratamiento de blanqueamiento dental. La sensibilidad dental puede ser un efecto secundario común del blanqueamiento dental, y en algunos casos, puede ser más severa en personas con dientes sensibles.

Antes del tratamiento, el odontólogo evaluará tu salud bucodental y encías para determinar si eres un candidato adecuado para el blanqueamiento dental. Si tienes dientes sensibles, el odontólogo puede recomendar un tratamiento previo con productos específicos para reducir la sensibilidad dental.

Durante el tratamiento, el odontólogo puede utilizar geles con concentraciones más bajas de peróxido de hidrógeno para reducir el riesgo de sensibilidad dental. También puede utilizar técnicas especiales para proteger tus dientes y encías durante el procedimiento.

Después del tratamiento, es importante seguir las recomendaciones del dentista para minimizar la sensibilidad dental. Esto puede incluir evitar alimentos y bebidas frías o calientes, así como productos ácidos o dulces. También se puede recomendar el uso de pastas dentales para dientes sensibles.

El blanqueamiento dental es un tratamiento estético eficaz para reducir y eliminar ciertas manchas en los dientes. Sin embargo, no todas las manchas dentales se eliminan con el blanqueamiento dental.

Las manchas dentales se pueden dividir en dos categorías: manchas intrínsecas y manchas extrínsecas. Las manchas extrínsecas, que son las manchas en la superficie del diente, son las que se eliminan fácilmente con una limpieza dental. Estas manchas suelen ser causadas por el consumo de alimentos y bebidas con pigmentos oscuros, como el café, el té, el vino tinto y el tabaco.

Las manchas intrínsecas del diente son aquellas que se encuentran en la estructura interna del diente y son causadas por diversos factores como el uso de ciertos medicamentos, infecciones dentales, traumatismos, genética, envejecimiento, entre otros.

Estas manchas no se pueden eliminar con la limpieza dental normal y a menudo son más difíciles de tratar que las manchas extrínsecas, que se encuentran en la superficie del diente y son causadas por el consumo de alimentos y bebidas con pigmentos intensos como el café, el vino tinto, las bayas, entre otros.

En algunos casos, las manchas intrínsecas pueden tratarse mediante procedimientos de blanqueamiento dental, pero dependiendo de la causa de las manchas, es posible que no sean completamente eliminadas. Si las manchas son muy severas, puede ser necesario recurrir a opciones más invasivas como la colocación de carillas dentales o la coronación dental.

Es importante recordar que la prevención es la mejor forma de evitar las manchas intrínsecas y extrínsecas en los dientes. Mantener una buena higiene dental, evitar alimentos y bebidas que manchan los dientes, y acudir regularmente al dentista para chequeos y limpiezas dentales son medidas importantes para mantener una sonrisa saludable y radiante.